ADAPTACION PARA LA PRIMARIA
Los
soplidos del diablillo, o borreguitos a Belén
Teresa
Valenzuela
Personajes
Estrella
Diablillo
Arcángel
Gila: Madre de Fileno y Lucinda
Bato: Esposo de Gila
Fileno: pastor
Lucinda: Hermana de Fileno
Abuela: Madre de Bato
Animales: Tres borreguitos —cuando menos—.
(El escenario
representa un paisaje campirano en donde hay una chocita de dos dimensiones,
con dos ventanitas y pintada por ambos lados; de tal modo que por una de sus
caras sea la choza y por la otra para el Nacimiento. En el fondo se ven un par
de arbolitos y otros dos en primer término, también éstos de dos dimensiones.
En el último plano habrá un cerrito también plano, detrás de éste sale la
Estrella que puede ser un títere, una actriz o actor, y trae un silbato.)
Nota: la
música para todas las canciones pueden tomarla de rondas y juegos infantiles
(así debe sonar.), pero sería más divertido inventarla.
Estrella: (Entra, sopla un silbato y
canta.)(todos traen panderos)
Los pastores a
Belén, corren presurosos llevan de tanto correr los zapatos rotos hay, hay, hay
que alegres van…………..
(Inmediatamente
después que ellos salen entra a escena el diablillo, enfadado y arremedando los
cánticos con sorna.)
Diablillo: ¡Ay, sí! Muy felices. ¡Bah!
¡Fuchi! ¡Qué
noche más fea! Todita llena de luz
(Lloriquea.)
¡Ay, qué
desgracia la mía!
Hoy nacerá ese
Jesús.
Se acabaron
travesuras
y tantas lindas
diabluras.
¡Ay! De hoy en
adelante,
me las he de ver
reduras.
(Se suena la
nariz y va cambiando su actitud.)
¡Pero qué saco
con quejas
y con palabras
ociosas!
¿Tengo yo
delante rejas?
¿Qué no puedo yo
hacer cosas?
¡No cejaré en
mis intentos!
Para eso soy
Lucifer:
¡puedo idear
muchos entuertos!
(Maquinando sus
planes.)
Si bien no puedo
impedir
que nazca mi
archienemigo,
muy bien puedo
conseguir
que no tenga ni
un testigo.
Arcángel: (Entra espada en mano.)
¡Alto! ¡Detente,
cobarde!
Que imagino ya
tus planes.
¡Pro te advierto
que es tarde
para que hagas
tus desmanes!
(El diablillo
se ha tirado al suelo tapándose la cara de los destellos que se desprenden del
arcángel, éste le pone el pie encima.)
Arcángel: ¡Esta noche nacerá!
el que te tendrá
en la raya,
y yo mientras
con mi espada,
no te dejaré
hacer nada!
Diablillo: (Se incorpora y saca lentes
oscuros, se los pone.)
¡No es justo tu
proceder!
¡Ni es gallarda
tu conducta!
Abusas de tu
poder,
siquiera
entremos en justa.
Arcángel: (Muy seguro de sí.) ¡Me
retas!
¿Tú?,
chamuscado.
¡Pobre diablillo
igualado!
Diablillo: (Muy decidido.)
¡Sí! Te reto. ¡A
eso me atrevo!
A menos que….
tengas miedo,
¡grandote güero
emplumado!
Arcángel: (Riendo jactancioso.)
¿Yo, a un
diablillo tener miedo?
¿Y cuando ya
está acabado?
(Cuadrándose.)
¡No me hagas
reír, que pierdo
la seriedad de
mi grado!
(Echa vaho
sobre sus insignias militar-celestes y las limpia.)
Diablillo: (Entusiasmado.) Bueno,
pues, si tanto fías
de tu fuerza y
poderío,
¡hagamos un
trato ahora!
No llegue la
sangre al río.
(Rodeando al
otro acariciándole sus barbitas de chivo.)
Según tú, los
pastorcitos
van muy
contentos y unidos…
Arcángel: (Interrumpiendo muy seguro de
sí.)
¡Así es! A Belén
van
en santa paz y
armonía,
y antes de que
sea de día
todos allá
llegarán.
Diablillo: (Salta muy emocionado.)
¡pues ése será
mi intento!
Arcángel: (Burlón.) ¿Detenerlos?
Diablillo: (Fingiendo modestia.)
Pues… si puedo.
Arcángel: (Entrando al juego.)
¡Yo digo que no
podrás!
Diablillo: (Presionándolo.) ¿Cuánto
apuestas?
Arcángel: (Muy entrado.) ¿Cuánto
trais?
Diablillo: (Saca de su traje un montón
de billetes verdes y los muestra.)
¡Esto! ¿Y tú?
Arcángel: (Cohibido.) ¿En efectivo?
Diablillo: ¡Claro!
Arcángel: (Aparentando dignidad.)
¡Nada! Que me
está prohibido.
Diablillo: (Abanicándose con sus
billetes muy orondo.)
¡Pues yo con
esto sí hablo!
Tú, para ser
celestial,
resultaste un
pobre diablo.
Arcángel: (Ofendido.)
¡Yo no apuesto!
Que es indigno.
¡Y menos con
sucia plata!
Diablillo: (Para presionarlo, se dirige
al público.)
Ya decía yo que
era “pico”.
Dice sí, ¡luego
se raja!
Arcángel: (Se siente comprometido, y
cuadrándose….)
¡Un celeste
militar, no tolera las ofensas!
Y mantiene su
palabra.
Diablillo: (Contentísimo.)
¡Muy bien dicho!
¡Así se habla!
Apostaremos,
entonces.
Que el plazo sea
media noche;
si yo pierdo, me
voy lejos
a refundirme al
infierno…
Arcángel: (Interrumpe despreciativo.)
¿Y ése sería mi
premio?
Diablillo: (Manos a la cintura.)
¿Quieres más?
Arcángel: (Señalando.) ¡Sí! Esos
cuernos.
Y te he de
mochar el rabo
¡pa’cerme un
cinto de cuero?
Diablillo: (Socarrón.) ¿No quieres
también orejas?
¡Si hasta
pareces torero!
Pero acepto, en
fin, sin quejas.
(Ahora él
examina al arcángel de arriba a abajo.)
Bien. Si tú
pierdes, yo quiero:
estas alitas
lustrosas,
la diademita,
las botas,
este traje tan
dorado, al espada…
Arcángel: (Con mordacidad.) ¡Yaaa!
¿Tantas cosas?
¡Si no soy palo
encebado!
Pero acepto, que
seguro,
¡nada lograrás
con ellos!
Diablillo: (Con vehemencia.)
¡Una cosa quede
clara:
no has de meter
tu cuchara!
Arcángel: Yo prometo, por mis alas,
que no he de
usar mis poderes
sobre criaturas
humanas.
(Suspira
satisfecho.)
¡Los humanos son
sensatos!
Diablillo: (Con sonrisa maligna.)
Tú lo dices…
Arcángel: (Saluda militarmente.) ¡Lo
aseguro!
Diablillo: (Entusiasmadísimo.)
¡pues lo veremos
al rato!
(Salen ambos).
(Llegan los pastores cantando)
Diablillo: (Acercándose.)
¡Buenas noches,
sus mercedes!
Gila y la
Abuela: Muy buenas las tenga usted.
Diablillo: ¿Qué hacen por estos caminos?
Abuela y
Gila: Vamos de viaje a Belén.
Diablillo: (Con fingida sorpresa.)
¡Vaya, qué
casualidad!
Fíjense que yo
también
Si quieren,
vamos ahí juntos,
yo conozco esto
rebién.
Gila: (Haciéndole lugar.)
Pues, siéntese,
descansemos.
¿Le ofrecemos un
café?
(Se dispone a
servírselo.)
Abuela: (Disculpándose.)
Nomás que está
un poco frío,
al ratito
haremos fuego.
Diablillo: Más vale pronto que luego.
Abuela: (Sonriendo comprensiva.)
Yo también
prefiero
tomar las cosas
calientes.
(El diablillo
que está entre las dos, sopla hacia Gila y ella se pone agresiva, casi echando
chispas por los ojos.)
Gila: ¡Por qué ya esta
retechocha
y le rechinan
los dientes!
(El demontre
sopla ahora hacia la anciana y ella también se pone violenta.)
Abuela: ¡Pero a tu edad trabajaba,
hacía todo mi
quehacer!
¡Y no como tú,
enojada,
sino con mucho
placer!
(Ahora el
ángel caído sopla de nuevo hacia la furiosa Gila.)
Gila: (Alzando más el
volumen.)
¡Pues cómo me
quiere ver,
si aparte de mi
familia,
a usted tengo
que atender!
(El chamuco
divertidísimo vuelve a soplar a la viejecita.)
Abuela: (Gritando más que Gila.)
¡¿Te pesa una
pobre vieja?!
¡Pero madre soy
de aquél!
No sé cómo no te
deja,
tú no eres buena
para él.
Mi Bato, tan
buen muchacho,
¡cómo te fue a
conocer!
(Luzbel
inmediatamente sopla sobre la otra, que está a punto de golpear a la anciana.
Bato entra sin ser advertido.)
Gila: (Como loca.)
¡Pues para que
se lo sepa!
Bien harto que
me rogó.
¡Y yo nomás le
di el sí,
de peritita
compasión!
(Belcebú rápido
sopla hacia la viejita, que está como agua para chocolate.)
Abuela: ¡Sí, cómo no! ¡Vete al
diablo!
Gila: ¡Usted vaya al
manicomio!
junto con su
hijo panzón
¡que traga como
un demonio!
Diablillo: (Por lo bajo.) ¡Sin
ofender, por favor!
Bato: (Acercándose a Gila
amenazador y con un leño en la mano.)
¡Así que soy un
panzón!
Gila: (Sorprendida y
saliendo del encanto demoniaco.)
¡Bato!
Abuela: (Acusadora.) ¡Hijo!
¡Me gritó!
Bato: (Persiguiendo a Gila.)
¡Orita verás, indina!
Abuela: (Ya fuera del encanto
persigue a Bato.)
¡Cálmate, m’ijo!
¡Por Dios!
Yo provoqué sus
palabras.
¡No sé lo que me
pasó!
(Gila logra
escapar y sale de escena, el diablo sopla hacia Bato.)
Bato: (A su mamá.)
¡Usté no se meta
má!
¡Que en mi mujer
mando yo!
Ya estoy harto
de sus cosas.
¡No sea metiche!
¿Me oyó?
Abuela: (Sorprendida y
ofendidísima inicia mutis.)
¡Ya no me
vuelvas a hablar,
si no es pa’
pedir perdón! (Sale.)
Bato: (Ya fuera del infernal
encanto se lleva las manos a la cabeza.)
¡Ah, caray! ¿Qué
me pasó?
¡Nunca a Gila
había reñido!
Y a mi mamacita,
¡menos!
Diablillo: (Acercándose.) ¡Se lo
tenían merecido!
Bato: (Con intuitiva
desconfianza.) ¿Y usté qué?
¿Nos conocemos?
Diablillo: (Modosito.) Soy un pobre
peregrino
que también va
hasta Belén.
(Rápidamente
saca de entre sus ropas, como mago, las cosas que va nombrando.)
Diablillo: Y llevo allá estas ofrendas
de frutas,
quesos y miel.
Bato: (Ve las cosas, se
relame.)
¡Hummmm! ¡Qué
deliciosas se ven!
Diablillo: ¡Pos éntrele, le convido!
Bato: (Se lanza, pero se
arrepiente.)
Se lo agradezco,
mi amigo,
pero primero he
de ver
a mi amá y a mi
mujer,
pa’ pedirles me
disculpen
por mi ingrato
proceder. (Inicia mutis.)
Diablillo: (Poniéndose adelante.)
¡No lo han de
querer ni ver!
Déjeme que yo
les hable,
conmigo serán
prudentes;
usted satisfaga
su hambre
y quédese sin
pendientes.
(Señala afuera
del escenario poniendo la comida como cebo.)
Mire, allá tras
esas piedras,
he dejado otras
cosillas:
frijolitos,
quesadillas,
arroz con mole,
enchiladas.
(Bato ya va en
la dirección que le indica como robot goloso.)
Memelas, tortas
ahogadas,
¡ándele, hombre,
corra! ¡Vaya!
(Ya a solas.)
Mi plan resulta
certero,
Acabaré por
ganar.
(Mirando hacia
el cielo.)
¡Angelito! ¡Tres
a cero!
¡Vete poniendo a
rezar!
(Refiriéndose a
los chamacos.)
Ora me faltan
los menos,
¡no se podrán
escapar!
(Sale.)
Arcángel: (Entrando inmediatamente.)
¡Santo Cielo!
¡Qué desorden! ¡Gila llora por allá,
la abuela hace
otro tanto
y aquél nomás
tragando!
(Desesperado y
triste.)
Y prometí no
meterme,
porque confié en
el buen juicio
de esta simple y
débil gente.
(Se cuadra y
habla para sí.)
¡Pero tente en
tus angustias!
¡Ajústate bien
las alas!
Que encontrarás
algún modo
de contrastar
sus diabladas.
(Mirando hacia
afuera.)
¡Allá viene! ¡Yo
me aparto!
Que he de ver
sus tarugadas
sin faltar a
nuestro trato.
(Se esconde
tras un árbol y entran Lucinda, Fileno, los Borreguitos y el Diablillo; parece
como si hablaran desde hace rato.)
Fileno: (Rascándose la cabeza.)
¡Apenas lo puedo
creer!
Diablillo: Pues es verdad, se los juro.
Fileno: (Aún incrédulo.)
¿Verdad de Dios?
(Diablillo se
tapa las orejas dolido al escuchar el nombre.)
Lucinda: (Reprendiéndolo.)
¡Ay, Fileno!
Sabes muy bien
que no es bueno
jurar en vano por Dios.
(Lucifer se
vuelve a tapar las puntiagudas orejas.)
Diablillo: (Destapándose las orejas.)
Así es que…
Fileno: (Interrumpe y se
persigna.)
¡Perdón,
Diosito!
Diablillo: (Harto, le tapa la boca.)
¡Bueno, ya! Pues
les decía,
que su familia
me dijo
les diera ese
recadito.
“Que como tanto
tardaban,
luego allá los
alcanzaran”.
(Sopla hacia
Fileno que cae como fulminado.)
Lucinda: (Al hermano.) ¡Fileno,
vente!
Fileno: (Cierra los ojos.) ¡Al ratito!
(Bosteza.)
Deja que me eche un sueñito.
(La Estrella
ha salido de su nube y se despereza, ve su reloj y alarmada toca el silbato.)
Estrella: (Cantando.)
Los pastores a
Belén, corren presurosos…..
!
Estrella: Órale, ¡de prisa!
No tengo su tiempo.
(Como no ve
que le hagan caso se enfurruña y se mete a la nube rezongando entre dientes.)
Lucinda: (A Fileno.)
¿Oiste,
hermanito= ¡Vamos!
Diablillo: (Feliz.) ¡Ya se durmió
el pobrecito!
¿Para qué lo despertamos?
Lucinda: (Resignada y paciente se
dispone a cargarlo.)
Siempre es lo
mismo con él.
(Logra
levantarlo e inicia mutis.)
¡Ay, eso de
tener hermanos
que una tiene
que cuidar!
Onde quiera
llego tarde
Por tenerlo que
cargar.
Diablillo: (Sopla sobre su cabeza.)
Tú, tan bonita y
preciosa,
no lo deberías
de hacer;
así tendrías más
tiempo
pa’ poderte
embellecer.
(Ella pone
cara de robot vanidoso y suelta al hermano que cae como costal de papas, peor
ni así despierta. Satán la rodea.)
¿Así vas a ir a
Belén?
Piensa, niña,
qué de gente
para allá te
puede ver.
¡Admirarían tu
belleza
si te sabes
componer!
(Saca
listones de su traje, como mago; y con ellos la va atrayendo.)
Diablillo: Yo traigo en mi maleta,
muchas cosas
como éstas:
moños, vestidos,
peinetas,
zapatillas y
collares;
enaguas de finas
telas
¡con encajes!,
¡con olanes!
¡Coloretes y
carmín!
Arcángel: (Saliendo de su escondite
impulsivamente.)
¡No, Lucinda!
¡No hagas caso!
(Demasiado
tarde, ya salió de escena.)
Diablillo: (Disgustado.) ¡Ora, tú!
¿Qué haces aquí?
Arcángel: (Furioso.) ¡Viendo tus
trampas! ¡Traidor!
Con maléficos
alientos,
envenenas su
candor.
Diablillo: (Con cinismo.)
Sólo he puesto
en movimiento
su peor
inclinación.
Arcángel: ¡Yo también podría soplarles
con mi aliento
celestial,
y poner en
movimiento
su bondad
espiritual!
Diablillo: (Amenazador.) ¡No te me
eches para atrás!
Porque quedamos
bien claros,
que nada ibas a
hacer
con estos mensos
humanos.
Arcángel: (Derrotado.)
¡Es cierto,
admito mi falla!
Diablillo: (Saltando de gusto le jala
el traje.)
¡Pues caite con
lo pactado!
Borreguitos: (Balando.) ¡Beeee! ¡Beeee!
¡Beeee!
Arcángel: (Los ve y se ilumina el
rostro.)
¡Aún no ganas,
canalla! ¡Y los puedo ver salvados!
(Sopla con
fuerza hacia los borreguitos y ellos muy asombrados de sí mismos empiezan
inmediatamente a hablar, corren a todos lados gritando a sus amos. El arcángel
y el diablo se esconden tras los árboles. Entra música.)
Borreguitos: ¡Beee!….ee! ¡Ve!
¡Ve a Belén!
(Han entrado
todos y tomándose de las manos hacen una rueda y cantan.)
Estrella: ¡Primera, ahí están de
pelioneros,
y una a
esperarlos!
Luego se
contentan y
¡se ponen a
cantar!
¡No vuelvo a
hacerla de guía!
¡Estos pastores
son peores
que turistas! (Etcétera,
etcétera.)
Diablillo: (Saliendo de su escondite.)
¡Angelucho, has
hecho trampa!
Arcángel: (Saliendo del suyo.)
¡Ninguna! Pues
convenimos
no haría nada
con la gente…
¡Pero no hablé
de borregos
(El diablillo
se tira al piso haciendo berrinche
Arcángel: (Al diablillo, que no deja de
hacer berrinche.)
¡Lucifer, vengan
los cuernos!
Diablillo: (Retrocede asustado en
cuatro patas.)
¡Nooo!
Arcángel: (Acosándolo.) ¡Y venga
también el rabo!
Diablillo: (Se incorpora horrorizado
recogiendo su cola.)
¡¡Noooo!!
Arcángel: (Trata de quitársela.)
¡Sí! Porque yo
he ganado.
Diablillo: (Saliendo a la carrera.)
¡Yo no me quedo
parado,
prefiero ser el
rajón
y no se el
descolado.
Arcángel: (Saliendo de escena tras él.)
¡Detente, diablo
panzón!
Diablillo: ¡Nooo!
(Entra
música. Entran los pastores, junto con los animales